domingo, 6 de junio de 2010

UNA MEDITACIÓN DEL CORPUS CHRISTI



Corpus Christi, palabra rara para algunos, aun así, la meditación del sentido de esta fiesta que celebramos hoy puede ser interesante. Os comparto mis sentimientos al respecto.
un Dios que hasta tal punto se hace a nosotros, que se abaja, se encarna, nace, sufre, muere en cruz y sobre todo esta locura bellísima que hoy día celebramos: el Omnipotente, el Innombrable, el Infinito, el Inalcanzable y el motivo de temor para algunos, es en realidad el Amor.

La fiesta de Corpus Christi, digo yo, es fiesta del rescate. Fiesta de entender que Dios rompió con tantas cosas en nuestro corazón, pero siempre fue a favor nuestro. Nunca fue para agrandarse Él sino que siempre fue para que Dios se nos pusiera entre las manos. Nunca fue para que lo admiremos fríamente sino que siempre fue para que nos alimentemos cariñosamente de su presencia, y en este caso su Presencia real, substancial, en la Eucaristía…
Un Dios que no ha tenido nunca empacho en pasar de mano en mano… Que no ha tenido nunca miedo a las heridas del corazón… Dicen algunos, que las heridas del corazón supuran y son mucho más hediondas, disculpen, que las heridas del cuerpo. Dios nunca se asustó de esto.
La Encarnación es signo de esto. Y la presencia de Dios en la Eucaristía no hace más que completar bellísimamente esta locura de Dios… De un Dios que se hizo pan… Es decir, que se hizo alimento, que se hizo cotidiano, que se dejó repartir de mano en mano, que se brindó para alimentar el corazón de su pueblo.
Ésa es la fiesta que hoy celebramos. Esta fiesta de humildad de Dios. Este regalazo que Dios nos hace justamente, de dejarse comer a través de este alimento tan nuestro, tan casero, tan familiar…
Que realmente entendamos esta gracia tan hermosa. Que nos preguntemos con sinceridad si realmente hemos entendido este abajamiento del Señor… Porque puede ser que se haya hecho tan chiquito que lo hemos perdido de vista…, o hemos empezado a temerlo… O a veces hemos confundido el preparar el corazón, lo cual es muy necesario, con una especie de dignidad que no es cristiana y nos hemos olvidado que se encarnó para curar y para salvar, y no para venir a sacar a relucir con un plumerito los honores logrados cristianamente, sino que vino justamente a buscar al enfermo, al débil y lo que busca es eso…

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