sábado, 21 de enero de 2012

EL ABANDONO CRISTIANO: UN DOBLE SENTIDO (Mc 1, 14-20)

    
 Hoy comenzamos la lectura continua del evangelio según San Marcos. Es el evangelista que más nos va a acompañar a lo largo de este año.
Y lo hacemos con el comienzo de la predicación de Jesús. Después de toda su vida oculta, se hace bautizar por Juan el Bautista en el río Jordán y comienza su vida pública, o sea, elige a sus discípulos y empieza a predicar por todos los pueblos.
     Y lo primero que Jesús predica, su primer discurso, el primer mensaje que nos deja es: “El Reino de Dios está cerca, convertíos.” Por eso uno entiende el evangelio de hoy, en el cual vemos que después de decir esto, Jesús, llama a Pedro y a su hermano Andrés para que lo sigan, y estos dejando sus redes de pescadores inmediatamente lo siguieron, porque Jesús los iba a ser pescadores de hombres. Y lo mismo a los hermanos Zebedeo, Juan y Santiago, Jesús los llamó y ellos sin aplazarse ni un instante, dejando todo, incluso a su padre lo siguieron inmediatamente.
     Estos discípulos comprendieron la urgencia del llamado a la conversión y por eso abandonando todo siguieron a Jesús. Y esto ya nos deja una enseñanza. La necesidad de convertirse ahora, y ya mismo, de no dejar para mañana este tema. Por eso los discípulos abandonaron todo inmediatamente.
     Más de una vez se nos habla en el evangelio del tema del abandono para seguir a Cristo. Pero hay que distinguir los tipos de abandonos. En algunos casos se hablará de abandonar todo aquello que se opone al Reino de Dios, o sea el pecado. Y esto exige una ruptura total, sin retorno. Pero otras veces se nos habla de abandonar otras realidades que en sí mismo son buenas. Acabamos de escuchar, por ejemplo, que los hermanos Santiago y Juan dejaron a su padre, y dejaron su oficio de pescadores para seguir a Jesús. En este caso el abandono significa otra cosa que en el caso de aquello que sea pecado. En este caso, indica, más bien un orden de preferencias. Quiere decir que cuando se trata del Reino, todo lo demás pasa a ser secundario. Todo pasa a segundo lugar.
     Es como cuando se produce un incendio y dejamos de lado todo lo que estamos haciendo y nos alejamos de las personas a las que atendemos para salir a algo más urgente que es apagar las llamas y pedir auxilio.
No es que Jesús niegue el valor de unas cosas como puede ser: el trabajo, el ejercicio de la profesión, el amor a la familia; sino que se quiere subrayar la urgencia y la importancia de lo otro.
     El hombre que llega a comprender lo que significa el Reino de Dios, no puede aplazar para mañana el compromiso con esta nueva realidad: el amor de Cristo, el amor sin límites. Eso es lo que nos enseñan estos discípulos del evangelio de hoy, que dejando las redes en el agua y al padre solo en la barca, van detrás de Jesús que pasa por la playa y los invita a seguirlo.

domingo, 8 de enero de 2012

EL BAUTISMO DE JESÚS: ¿cómo vivir lo ordinario? (Hch 10, 34- 38; Mt 3, 13- 17)


     Queridos hermanos, hermanas; con este domingo del Bautismo del Señor la Liturgia comienza lo que llamamos el “Tiempo ordinario”. El tiempo sin demasiadas fiestas espectaculares.
     Por eso la Liturgia desde hoy nos recuerda lo siguiente: Ahora ya terminamos una primera etapa extraordinaria del nuevo año litúrgico. Lo extraordinario fue el Nacimiento del Niño Jesús -todo ese tiempo de Navidad, tan hermoso- y después la fiesta de los Reyes Magos, que fue hace dos días. Y a partir de ahora ya empieza la vida de todos los días. Jesús nos enseña cómo vivir esto.
El Evangelio de hoy dice: Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán. Como que Jesús dejó su infancia, dejó su casa. Jesús ya es adulto, entonces ya quiere y tiene que comenzar su “vida profesional”, digamos. Porque con el bautismo de hoy Jesús ya queda habilitado -por el Padre, por el Espíritu Santo- para su misión, su vocación en la tierra. Es un momento de la vida de Jesús: el salir de Galilea como el bautismo que marca un antes y un después.
     Y la Lectura del Libro de los Hechos que hemos escuchado, nos da un segundo aspecto de Cristo. Pedro dice: Pasó haciendo el bien… O sea, Jesús empieza a revelarse públicamente haciendo el bien.
El salir de Galilea hoy, puede significar para algunos, pasos importantes en este año que comenzamos -decidir una vocación, un noviazgo, un noviciado, una nueva etapa de la vida religiosa o espiritual, un matrimonio, decidir una profesión, una carrera o algún negocio importante-. Decidir cosas importantes, que requieren madurez…
     El salir de Galilea, para nosotros, puede significar también salir de nuestras pequeñas seguridades, de nuestro ambiente seguro pero que no nos hace crecer. Pero si siempre queremos quedarnos en lo totalmente seguro -en Galilea, “total la Virgen María me hacía bien de comer, cocinaba, etc., y yo carpintero…” - y no afrontamos riesgos, no podemos avanzar. Esa es la primera enseñanza de Jesús: afrontar riesgos.
     Y otra actitud general, pero fundamental es pasar haciendo el bien. Jesús pasó haciendo el bien. La persona que abre su corazón a los demás - con prudencia pero con generosidad-, la persona que va tratando de vencer sus egoísmos, es la persona más feliz. El que Pasa haciendo el bien.
     Ese sería entonces el enfoque de este año que comenzamos en el Tiempo Ordinario – en los domingos Ordinarios- hasta que venga la Cuaresma. Y así, la Iglesia va salpicando nuestro año litúrgico, con tiempos comunes y tiempos fuera de lo común.
     Dios que nos dé la fuerza, desde adentro, y la enseñanza nos ayude a todos, a los jóvenes y a los mayores, en este año 2012 a vivir esta doble actitud de salir de nuestras pequeñas seguridades, de nuestras Galileas, para algo importante: Pasar haciendo el Bien.
   Dijo un poeta español (Río Duero), que el río siempre canta el mismo verso pero con agua distinta. El que conoce un río o el mar sabe que siempre es el mismo murmullo, pero el agua siempre es distinta. Dios quiera que podamos vivir el año 2012, quizá con el mismo verso de todos los días, los mismos esfuerzos, los mismos trabajos, las mismas luchas e ilusiones, pero que lo podamos vivir con un agua distinta, con un corazón muy renovado, y que esto nos lo conceda ÉL.


jueves, 5 de enero de 2012

“LOS CORAZONES CATÓLICOS…” (MT.2, 1-12)



     La Epifanía se celebraba ya en oriente y antes que se estableciera la fiesta de Navidad en occidente. Lo que se celebraba no era solamente la adoración de los magos, como aparece a primera vista en la festividad actual, sino todas las manifestaciones del Señor a los seres humanos. El nombre correcto de la fiesta es “Epifanía”, que significa “manifestación”, y no “día de Reyes”, como se dice popularmente.
     Con el relato de la visita de los magos a Jesús recién nacido, que se proclama en la Misa de este día, la Epifanía se convierta en una celebración que goza de todas las simpatías del mundo infantil: el día de Reyes. Por eso mismo se lo ha rodeado de una gran cantidad de elementos fantásticos que corre el peligro de empobrecimiento del mensaje evangélico: Se añaden elementos provenientes de la fantasía, a los que se les confiere valor central, y al mismo tiempo se dejan de lado otros elementos que en la Biblia son fundamentales. Para captar el valioso mensaje de la Escritura Sagrada, debemos centrarnos a la lectura bíblica, sin dejarnos llevar demasiado por la imaginación.
     Destaquemos aquí unas enseñanzas contemplando los personajes del relato del evangelio de hoy. Todos son convocados para que se acerquen a Jesús: Los magos son advertidos por una estrella, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley por la lectura de la Biblia, mientras que Herodes llega a ese conocimiento por la palabra de unos y otros. Dios quiere revelarse a todos los seres humanos, y para eso no usa un solo lenguaje. A cada uno le habla desde su contexto.
·     Los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley son aquellos que tienen acceso a la palabra de Dios expresada en la Biblia. Siguiendo esa palabra pueden llegar a encontrarse con el Señor.
·      Los magos son aquellos hombres que viven en medio de la ignorancia y la superstición. No han sido abandonados por Dios, y también la palabra se dirige a ellos como se ha dirigido a otros. Aun las doctrinas erradas, las religiones falsas, las creencias supersticiosas pueden contener elementos de verdad que lleven a los hombres hacia Dios. La Iglesia enseña a no rechazar nada de lo que hay de verdadero y santo en todas las religiones, porque siempre son luces de la única verdad. La sabiduría y la filosofía de los paganos frecuentemente han sido medios por los cuales muchos han sido conducidos hacia el conocimiento de Dios.
·      ¿Y Herodes?, Herodes es el hombre que está instalado en el poder y las riquezas. Cuando oye hablar de Jesús descubre que su posición corre peligro porque si se encuentra con el Señor se hallará ante la exigencia de renunciar a su posición injusta. Adopta entonces una actitud hipócrita: finge ser piadoso e interesarse por el Niño, pero en su corazón ha tomado la determinación de matarlo.
     Desde con las actitudes de estos personajes del evangelio proclamado hoy, sacamos lo siguiente: Conocer la Biblia o tener elementos de verdad en la doctrina o en la religión que se sigue no es suficiente. Lo importante es llegar a encontrarse con el Señor. Los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley se contentaron con saber recitar correctamente el texto de los Profetas que se refiere al Mesías, pero no fueron al encuentro de Jesús. Los magos, en cambio, no se sintieron satisfechos con la señal que encontraron en su religión y en su ciencia, sino que siguieron buscando hasta que encontraron a Jesús. Y como Herodes, alguno aparenta ser bueno pero que pone los medios para que Jesús no se haga presente en el mundo, porque su presencia es contraria a sus intereses y conveniencias.
     Es un día en el que especialmente debemos dar gracias a Dios porque nuestra Iglesia es “Católica”, es decir “Universal”, porque reúne a las personas venidas de todas las naciones, sin ninguna distinción. Al mismo tiempo debemos examinarnos para ver si en el fondo de nuestros corazones somos “católicos”, y miramos a todos los seres humanos como hermanos nuestros, herederos de las mismas promesas de Dios.
     Nos alegramos por esta vocación universal, pero al mismo tiempo sentimos que la palabra del evangelio nos interpela para que nos interroguemos sobre la forma en que recibimos la invitación para encontrar a Dios y entrar en amistad con Él. ¿Somos como los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley, que se contentaron con saber lo que dice la Biblia? ¿Somos como Herodes, que se fingió piadoso, pero trató de hacer callar la palabra de Dios? O bien ¿Somos como los magos, que siguieron buscando hasta encontrarse con Jesús?
¡Que en esta fiesta el Señor nos ayude a tener un “corazón católico y atento”!